No me atrevo, hija, a imaginar que te veré crecer como no me atrevo a pensar en mañana. Siempre es como comer hoy cuando el sol sale. Siempre eres llanto estéril, siempre soy madre inútil que apenas tiene fuerzas para tenerte en sus brazos. El sol se está poniendo, la oscuridad nos calma, ambas dejamos de luchar un rato.
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