Me contaba una amiga que al regresar de su trabajo, en pleno centro, por una de las calles de capital federal, una mamá le daba a su hijo de comer fideos sobre las baldosas de la vereda.
Sobran las palabras ante esta triste imagen. Las autoridades en este país son ciegas y sordas.
Sobran las palabras ante esta triste imagen. Las autoridades en este país son ciegas y sordas.
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